CONDUCCIÓN EN ROTONDAS

Una rotonda o glorieta es una vía de sentido único, generalmente con varios carriles, que tiene las salidas situadas en su carril derecho, como si se tratara de una autovía. ¿Sería correcto salir desde el carril izquierdo de una autovía cortando la trayectoria del que circula por el carril derecho? Evidentemente no.

La gran mayoría de los errores que sufrimos al encarar las glorietas proceden del no seguimiento de este principio: en todas ellas el conductor debe ceder el paso a quienes están dentro de ella. Efectivamente, los que circulan por el interior tienen preferencia sobre los que se incorporan, como excepción a la regla general que indica que éstos tienen prioridad al hacerlo por la derecha.

Igualmente, pues, el conductor que circula por el interior tiene prioridad para escoger el carril que considere más adecuado en función de la salida que vaya a tomar para salir de la glorieta, aunque para hacerlo ¡le será imprescindible situarse previamente en el carril exterior! Tanto es así que, incluso, si no ha sido posible hacerlo en una “primera vuelta”, deberá efectuar un nuevo giro para colocarse con tiempo en esa posición. No pasa nada por dar una vuelta de más circulando por la glorieta.

CORTAR LA TRAZADA

Sin embargo, todos somos conscientes de la gran facilidad que por desconocimiento, o por comodidad, por ambas cosas, tienen los conductores en cortar la rotonda por el interior. Es habitual negociarla entrando por el carril exterior, pasando al interior y saliendo de nuevo por el exterior, acortando la trazada como en las carreras del mundial…. Esta maniobra es algo así como si en un tramo recto de carretera, recorriendo unos pocos metros, saltáramos del carril de la derecha a izquierda y vuelta a la derecha. Nos tacharían de locos al manillar.

La actuación adecuada es pues, la contraria: incorporarse a la rotonda por el carril exterior, en primer lugar, respetando la prioridad citada. Habrá que señalizar con intermitentes la voluntad de incorporarse a los carriles interiores si van a ser usados para circular por la glorieta hasta un punto de salida posterior a la o las primeras salidas. Y, por supuesto, señalizar de nuevo mediante las intermitencias la voluntad de tomar de nuevo el carril exterior en caso de salida.

Recordemos aquí que colocar el intermitente debería, sencillamente, indicar la voluntad de efectuar una maniobra… pero que ésta sólo se podrá realizar si hay posibilidad de ir cambiando de carril hasta acceder a la salida. Para muchos conductores prevalece la «necesidad imperiosa» de tomar el carril de salida, circulan por el carril interior de la rotonda, accionan el intermitente e invaden el carril exterior para salir sin comprobar que puede estar ocupado por otro vehículo. La destreza en las maniobras y el control de los vehículos en circulación es necesario extremarlos.